La sociedad en la época de Jesús

Al estudiar la situación histórica y sociológica de la época en la que vivió Jesús en Palestina resulta curioso comprobar como, en muchas cosas no es tan diferente de la nuestra. Podemos observar las esperanzas que albergaba el pueblo cuando en el año 4 a.C. muere Herodes y se produce un momento histórico propicio para introducir cambios y anhelos de la población. Lo que reclaman en este momento desde un punto de vista político es: disminución de las tasas, abolición de los impuestos, liberación de los prisioneros políticos, castigo de los favoritos de Herodes y destitución del Sumo Sacerdote. Verdaderamente podemos decir que se diferencian muy poco de los anhelos políticos actuales en momentos propicios para el cambio. La distribución de las clases sociales tampoco se diferenciaba mucho de la actual, los gobernantes con más poder no sobrepasaban el 2 % de la población. La crueldad y el sadismo de los máximos dirigentes era de sobra conocida por el pueblo, a pesar de que no existieran todavía los medios de comunicación. Los poderosos no tenían ningún pudor en mostrar abiertamente su voracidad sanguinaria. El rey Herodes, sin ir más lejos, movido por el miedo y la paranoia de ser usurpado en el poder, lo primero que hace al llegar al poder es eliminar a sus predecesores asmoneos. Matatías Antígono fue ejecutado con la ayuda de Marco Antonio. Herodes mató a 45 hombres destacados del partido de Antígono, hizo estrangular al anciano Juan Hircano II por un supuesto complot para derrocarlo en el año 30 a.C. Eliminó a su cuñado, Aristóbulo, quien en ese momento era un Sumo Sacerdote de 18 años. Los hombres de Herodes lo ahogaron en el 35 a.C. en la piscina del palacio de invierno en Jericó, porque Herodes pensó que los romanos favorecerían a Aristóbulo como gobernante de Judea en lugar de a él. También hizo ejecutar a su suegra asmonea, Alexandra, e incluso mató a su segunda esposa, Miriamme, la que había sido su amada novia asmonea, asesinada también bajo su paranoia. Pero no le llegó a Herodes que también hizo matar a tres de sus hijos. Los dos primeros, Alejandro y Aristóbulo, estrangulados en Samaria en el 7 a.C. y enterrados en Alejandría. El último, solo cinco días antes de la muerte del propio Herodes, fue Antipater quien fue enterrado sin ceremonia ni nada: se lo tiró a un pozo y se lo cubrió de tierra en Hyrcania.

El sadismo de la clase gobernante actual no sólo no se diferencia mucho de la de 20 siglos atrás, sino que se ha incrementado considerablemente, pues la estructura política y económica permite canalizar ese sadismo hacia vías menos visibles pero más destructivas. La introducción, en nuestra época, de los medios de comunicación al servicio de las clases dominantes, lejos de favorecer el conocimiento de estas realidades, ha incrementado el engaño masificado y la falsificación de la realidad.

Continuando con la estratificación social de la época de Jesús, podemos seguir el estudio que hizo Gerhard Lenski sobre las sociedades agrarias, las cuales las dividió en 9 tipos. Según esta clasificación el primero de los tipos se correspondería con el poder del emperador romano, bajo el cual se encontraba la provincia de Palestina, el segundo se corresponde con la clase gobernante, ese 1 o 2 % de la población del que hablábamos antes. Esta clase tan reducida recibía la cuarta parte del producto nacional, formarían parte de ella los descendientes de Herodes, la aristocracia sacerdotal y la nobleza laica. El tercer grupo serían los subalternos, un 5% de la población, formado por los escribas, los militares y los publicanos. En este punto debemos detenernos especialmente en los escribas, pues su importancia social no traía aparejada riqueza económica, sino que venía derivada del conocimiento o la sabiduría. Los escribas, también llamados maestros o doctores de la Ley se dedicaban al estudio, comprensión y difusión de la Ley, dominaban la exégesis de la Torá, y memorizaban prácticamente todo su contenido. La carrera de escriba requería de largos años de estudio (muchos morían antes de llegar a ser ordenados), por lo que ocupaban un lugar de mucho prestigio entre el pueblo, y se los solía consultar en asuntos referidos a la aplicación de la Ley a la vida cotidiana. No tenían derecho a cobrar por sus servicios, vivían de la beneficencia, por lo que podía haber entre ellos muy diferentes estratos sociales, era un grupo muy heterogeneo, desde sacerdotes de clase alta hasta comerciantes o levitas que vivían de la beneficencia, algunos, por su conocimiento de la Ley, llegaban a formar parte del Sanedrin. Los escribas tenían una autoridad grande a la hora de dirimir causas judiciales. Jesús discutió a menudo con ellos y puso en evidencia su falta de autoridad (Mt 7,28-29), muchas veces éstos trataron de cuestionar su poder (Lc 5, 21-26) o le pedían una señal (Mateo 12,38-42); o lo acusaban de expulsar demonios "por Beelzebul, el príncipe de los demonios" (Marcos 3,22-30). En todo lo relativo a la Ley los escribas eran los teólogos, los estudiosos y conocedores de la Ley oral y escrita; y los fariseos los cumplidores y piadosos practicantes de la Ley. Esto explica su relación, y que a veces en los evangelios se los nombre juntos, aunque eran grupos distintos. Muchos escribas eran también fariseos.

En los evangelios Jesús aparece varias veces enfrentado a los escribas y fariseos con motivo de su actitud respecto a la ley. Pero no todos los escribas y fariseos eran adversarios de Je­sús; hubo quienes lo defendían e incluso se hicieron discípulos suyos (Mt 8,19); el enfrentamiento era con los legalistas, los que defendían la ley por encima del amor.

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:21-23). 

En ese sentido, Jesús cumplió la ley no únicamente al obedecerla de forma perfecta, sino al transformar su comprensión y mostrar su verdadero significado y profundidad, un ejemplo de ello lo tenemos en el famoso Sermón de la Montaña.

También en la civilización del Antiguo Egipto, el escriba era un personaje fundamental, culto, experto en la escritura jeroglífica y pictográfica, y conocedor de los secretos del cálculo, siendo el único capaz de evaluar los impuestos, asegurar los trabajos de construcción y transcribir las órdenes del faraón. Procedía a menudo de la clase baja.

La cuarta clase social según la clasificación de Lenski serían los comerciantes, aunque éstos no aparecen mencionados muchas veces en los evangelios. La quinta sería la de los sacerdotes de clase baja, realizaban sus funciones sacerdotales únicamente en el Templo de Jerusalén, que consistían principalmente en orar, bendecir y realizar los sacrificios de acuerdo a la Ley de Moisés, estaban divididos en 24 clases y turnos para ir a Jerusalén a realizar sus funciones, el resto del tiempo hacían otras labores que podían ir desde artesanos a agricultores. Nada que ver con el nivel de vida de los Sumos sacerdotes. Dentro de la clase sacerdotal, los últimos serían los levitas, los cuales no tenían funciones sacrificiales, sino que podían ser desde músicos y cantores a porteros y vigilantes del templo, también dividían sus turnos en 24 secciones semanales. La sexta clase sería la clase campesina, que era la inmensa mayoría de la población. En Galilea, la familia de un campesino podía estar formada por entre 6 y 9 personas. La mayor parte de la cosecha servía para abastecer las propias necesidades, el resto se llevaba a vender a los núcleos de población más grandes que podían ser Seferis o Cafarnaún. Vivían en condiciones muy precarias, a menudo se negaban a pagar el diezmo en el templo. La séptima clase sería la de los artesanos, y aquí es interesante hacer notar algunas diferencias con respecto a nuestra cultura heredera de la división social más propiamente marxista del s. XIX, por la que el obrero está por encima del campesino. En nuestra visión actual del estrato social los obreros tienen más valor que los campesinos, pero no era así en la época de Jesús, en la que el campesino estaba por encima del obrero o artesano. Probablemente no hubiera grandes diferencias entre lo que ganaban unos y otros, sin embargo el obrero tenía peor consideración, por tener más facilidad de corromperse y entrar a formar parte de las clases consideradas impuras o pecadoras, las cuales conforman la octava clasificación. Esta clase impura o degradada era definida por el origen o por la ocupación, en cuanto al origen se consideraban impuros los hijos ilegítimos de sacerdotes, los prosélitos o paganos que se convertían al judaísmo y los esclavos paganos emancipados. Pero resulta muy interesante, además, la clasificación que se hace en la Misnah o el Talmud según las ocupaciones o profesiones consideradas con riesgo de ser impuras. Por ejemplo se nombran algunos de los "oficios de ladrones": el camellero, el asnerizo, el marinero, el cochero, el pastor, el tendero, el médico y el carnicero. Estos oficios eran considerados oficios de ladrones, únicamente porque en ellos estaba implícita la posibilidad de robar, ciertamente hoy suceden cosas muy parecidas, aquel que tiene posibilidad de robar no se lo piensa dos veces, la diferencia es que hoy no se le considera impuro, al revés, suele obtener amplio reconocimiento y valor social. Finalmente también se podía pertenecer a esta clase impura por la enfermedad, los leprosos mayoritariamente. La última clasificación social es la novena, la considerada de los despreciables, formada por pequeños delincuentes, mendigos, los sin trabajo o los que se veían obligados a vivir de su ingenio, de éstos últimos, también hay muchos en la actualidad y muy bien considerados.


Referencias

(1)     Michael J. Vlach. El Significado De Mateo 5:17-19, 4ª. Parte: El Significado de “Cumplir” [en línea] Disponible en https://evangelio.blog/2019/07/06/el-significado-de-mateo-517-19-4-parte-el-significado-de-cumplir/  

(2)     José Luis Sicre. Entorno histórico y sociológico de Jesús [en línea] Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=lYpRsomdt0U   

(3)     Francisco Varo. Tierra santa en tiempos de Jesús. Contexto histórico y cultural [en línea] Disponible https://www.youtube.com/watch?v=LuTXNkCi5aA 

(4)     José Ángel Dominguez. El pueblo judío en tiempos de Jesús: esenios, fariseos, saduceos, samaritanos… [en línea] Disponible https://www.youtube.com/watch?v=dsvvfycvCMA  

(5)     Jesús y los pecadores. Respuesta a la exclusión social

[en línea] Disponible https://www.clerus.org/clerus/dati/2000-05/11-7/Jes.html