Jardín



Lo que, propiamente, me quema es la nada, pues el carbón tiene en sí mismo algo que mi mano no tiene. Mirad, justamente es esa nada la que me quema. Si mi mano tuviera todo lo que es el carbón y todo lo que puede hacer, entonces sería casi totalmente de la naturaleza del fuego. Si después alguien tomara todo el fuego, que arde constantemente, y lo lanzara sobre mi mano, no podría dolerme.

Maestro Eckhart