26 Jeremías recibió la palabra del Señor en estos términos:
27 — Yo soy el Señor, Dios de todo viviente; ¿crees que algo me resulta imposible?
Jer 32, 24-27
Quiero desatar y ser desatado.
Quiero salvar y quiero ser salvado. Quiero engendrar y
ser engendrado. Quiero cantar
cantar todos.
Quiero llorar
golpear vuestros pechos
Quiero adornar y quiero ser adornado. Soy lámpara para ti, que me ves.
Soy puerta para ti, que me llamas.
Tú ves lo que hago.
No lo menciones.
La palabra engañó, pero yo no fui completamente engañado.
Himno dedicado a Jesucristo, por Prisciliano
Yo soy en Dios lo que soy
y mi ser es voluntad
que, perseverando hoy,
existe en la eternidad.
Cuatro horizontes de abismo
tiene mi razonamiento,
y el abismo que más siento
es el que siento en mí mismo.
Hay un punto alucinante
en mi villa de ilusión:
La torre del elefante
junto al kiosco del pavón.
Aún lo humilde me subyuga
si lo dora mi deseo.
La concha de la tortuga
me dice el dolor de Orfeo.
Rosas buenas, lirios pulcros,
loco de tanto ignorar,
voy a ponerme a gritar
al borde de los sepulcros:
¡Señor que la fe se muere!
Señor mira mi dolor.
¡Miserere! ¡Miserere!...
Dame la mano, Señor...
Rubén Darío