Cuarentena XIX




"Hay un movimiento naciente que se sostiene en su nacimiento mismo, una efusión, un don, un verter creativo. «Nacer: el nombre del ser.» (Nancy 2006, 115) Cuando el nacimiento se detiene, el espacio se resorbe – lo que en otro siglo se llamaba nihilismo. Ningún código rige los movimientos de los bebés al nacer y todos los códigos que rigen el comportamiento de las parturientas son opresivos. Nacer es asunto de idiotas.
¿Cómo traducir el odio a la estupidez de Deleuze al campo de la inteligencia corporal? Creo que cualquiera que se acerque a la obra de Deleuze comprenderá que en ella no se invita a odiar a aquellas personas de comprensión más lenta, a las que les resulta arduo visualizar una operación lógica anodina e inofensiva. La stupidité o la bêtise es más bien la inteligencia nefasta. No es tan estúpida la persona que no entiende algo como la persona que pone su inteligencia al servicio de algo perverso y nefasto que perjudique la creación rizomática, el extrañamiento, la diferencia. El filósofo coreano Byung-Chul Han da este ejemplo para comprender la estupidez en el marco del pensamiento de la diferencia. Dice que el más potente de los ordenadores es estúpido a pesar de la gran cantidad de datos que puede computar en tiempos récor porque le falta otredad, le falta la capacidad de vacilar, de perder el tiempo, le falta la capacidad de ser afectado por cosas que no están en sus parámetros. Inteligencia es leer entre, es desarrollar una comprensión sobre la marcha (Han 2014, 127). No es realizar operaciones lógicas sino improvisar ahí donde la lógica común no se aplica o donde se carece de guía clara. Entre personas que comparten el mismo suelo conceptual, la inteligencia circula como los datos en un ordenador. Si una persona no es capaz de explicarle Nietzsche a alguien que nunca oyó este nombre antes, aunque sea un experto reconocido, tiene una comprensión estúpida del asunto, pues no sabe cómo relacionar su saber con la otredad. ¿Traducción al movimiento? El desarrollo de una técnica particular no ayuda necesariamente a relacionar el cuerpo con la otredad. La técnica no genera cuerpos inteligentes de por sí, incluso puede entorpecer la inteligencia, la relación con lo otro. Imaginemos a un gran solista de danza clásica en una discoteca bailando reggaetón. En resumen, la inteligencia tiene que ver con el despliegue de la singularidad en relación a lo que la extraña, la pierde, la pone en duda o patas arriba. La inteligencia del movimiento no es distinta."