Diente de león

 



Flor efímera, delicada y sutil, molinillos de diente de león, nadie los puede arrancar, solo el viento la posee, como todo aquel que nace del Espíritu.

El símbolo de la Flor de la Vida nos demuestra que todas las cosas provienen de una fuente y están íntima y permanentemente tejidas entre sí.

Ya no los lirios ni el alcatraz altísimo/ ni siquiera el geranio y mucho menos la rosa/ tan sólo el diente de león/ tan sólo el viento/ con el diente de león entre los labios/ tan sólo esa flor/ efímera y vencida/ que nadie arranca del todo de las huertas/ tan sólo el diente de león/ avanza hasta mis manos y me besa.

 María Guadalupe Morfín