Verdad


14 Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: 15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. 16 Si alguno tiene oídos para oír, oiga. 17 Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola. 18 Él les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, 19 porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos.

(Mc 7,14-19)

Ningún insulto, ningún desprezo, ningunha humillación, ningún alago, ningún eloxio, ningún aplauso que veña de fora ten poder para contaminarnos mentres non entre no corazón, so aquilo que sae do noso interior ten poder para contaminarnos. O corazón non sempre está disposto a deixarse penetrar, a deixarse alimentar e contaminar polo que vén de fora, por iso é que lle toca tantas veces ao estómago ocuparse de todo o que o corazón rexeita, mais o estómago non sabe facer outra cousa que converter en residuo todo o que envía ao exterior. Solamente o corazón ten o poder de transformar, o insulto en eloxio, o desprezo en amor, ningún outro órgano ten esa capacidade, así é que todo aquilo que o corazón non deixa penetrar no seu interior, é expulsado en forma de desfeita, de contaminación. O alimento primordial do corazón é a verdade, fráxil como ela mesma, non é doado dixerila, mais a pesar de todo o dolorosa que poida ser, só a mentira enxendra violencia, a verdade enxendra sempre amor. 

O psicoanalista Ricardo Rulfo, sobre a psicoanálise de nenos, exprésao tal que así: "a verdade sobre a súa historia perténcelle a un neno tanto como os dedos dunha man". Privarlle da verdade é como arrincarlle unha parte do corpo, pode chegar a ser incluso máis violento que unha bofetada. Resulta curioso comprobar de novo como nesa frase formulada por un psicoanalista está implícito tamén o misterio crístico da Eucaristía, polo cal comer a carne de Cristo e beber o seu sangue encerra o misterio da Vida. 

Pero a verdade é o resultado dun encontro, so pode emerxer no momento exacto que deba surxir, cando os participantes na trama discursiva venzan as suas resistencias i estén dispostos a soportala. O imperativo ético non debería estar por encima da verdade, pois apresurarse a dicir ou revelar unha suposta verdade para sentirse mellor con un mesmo, pode facilmente chegar a convertirse en mentira.
Neste relato extraído deste artigo sobre psicoanálise con nenos podemos entrever ata que punto o asunto da verdade é complexo.


Fragmento 1

Los padres de Mario, de 6 años, consultan porque su hijo padece de espasmos bronquiales desde el año de edad, luego del nacimiento de su hermana.

El padre, por su trabajo, se ausenta varios días de su casa, y en su ausencia el niño suele tener espasmos.

Cuentan su historia: "Mario es hermano mellizo. Su hermano murió’ de bebé’ , apenas 15 horas después de haber nacido. Los dos estuvieron en incubadora.

Mario salió’ bien a las pocas horas, pero su hermanito falleció’ por problemas respiratorios."

Según los padres, de todo esto él no sabe nada, jamás lo han hablado. La intensa angustia que la madre aun siente hoy por la situación vivida le impide hablarlo con el.

Sin embargo, les sorprendió’ en una ocasión que, a raíz de sus preguntas sobre como se hacen los bebes, y habiéndole ellos explicado " que el papá pone una semillita en la panza de la mama’ " el les dijera espontáneamente: " En la panza había dos semillitas"... Y al poco tiempo, al ver su foto de bebé dijo : " Hay dos Marios".

La madre entonces pregunta: " Cual es el motivo de los espasmos ? La ausencia del padre ? O que no le hayamos dicho lo del hermano muerto? Tengo que hablarle de esto?... No quiero angustiarlo si no es necesario."

Arminda Aberastury desarrolla minuciosamente toda la cuestión de la "percepción inconsciente de la verdad por parte de los niños" (por ej. abortos, muertes, embarazos), y a partir de ahí, nos alerta sobre lo perjudicial que es para un pequeño la mentira sobre un hecho importante de su vida, por mas doloroso que sea.
No son los mitos del repollo o la cigüeña lo que molesta a los niños, sino el engaño de los adultos, que adoptan la pose de estar diciendo la verdad y de ese modo, bloquean al niño en la sucesión de sus incursiones intelectuales. El factor traumatizante, no es nunca un acontecimiento de por si real, sino lo que de este han dicho o callado los que están a su alrededor. Son las palabras o su ausencia, asociadas con la escena penosa, las que le dan al sujeto los elementos que impresionan su imaginación."

Fragmento 2 
"No se si decirle todo, temo que me juzgue mal... Pero hay algo más... seguramente usted lo debe intuir... es algo que me ha frenado a decir la verdad: Cuando yo me separé del papá de Esteban, antes de saber que estaba embarazada, a los 15 días, todo jarana, salí con otra persona. Cuando supe que estaba embarazada me confundí’ toda. ¡No sabía cual de los dos era...!

Me agobiaba la duda de cual sería en verdad el padre de Esteban. Hice ecografías y cálculos de fechas, pero cuando fue el parto, tuve una demora en la fecha prevista para el nacimiento, y allí empecé a dudar aún mucho mas de cual era en verdad el padre de mi hijo.

Temo que me juzgue mal... Le tengo que decir todo esto? Esto es lo que más me ha frenado para poder hablar con el... ¿Y si le decía todo y me dijera... cómo no sabes?... o contarle y que me juzgue mal..."

"Entonces ante tanta duda y confusión... lo maté... dije... no existe más... se murió y chau...!!"

"Si no fuera por esto yo no le hubiera mentido... Ahora estoy decidida a hablarle... pero... le digo todo?... hasta donde decirle...?"

T: ¿Cual es para usted, en su deseo, el padre de Esteban?

M: "El que yo le conté a usted primer... yo quería que fuera Ricardo (lo nombra por primera vez).., la persona que yo amaba, no esa relación ocasional posterior."

T: Entonces... ese es el padre... donde está su deseo.

 

A la verdad (como a la luz) no se le puede mirar directamente. 
Vidrieras góticas de la Catedral de León.


De una forma u otra la verdad termina siempre por vencer a la mentira:

La victoria de Cristo sobre el mundo y la muerte reproduce o anticipa la victoria en sí intemporal del Bien sobre el Mal, o de Ormuzd sobre Ahrimán, victoria ontológicamente necesaria porque resulta de la naturaleza del propio Ser, a pesar de las apariencias iniciales contrarias. Las tinieblas, incluso ganando, pierden; y la luz, incluso perdiendo, gana; Pasión, Resurrección, Redención.

Frithjof Schuon