Puerta II

 Los símbolos son el lenguaje universal del arte; un lenguaje internacional con variaciones meramente dialectales, antaño común en todos los medios y siempre intrínsecamente inteligible, aunque ahora ya no lo comprenden los hombres educados, y sólo puede verse o escucharse en el arte de los campesinos.

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Las referencias de las formas simbólicas son tan precisas como las de las matemáticas. Puesto que como la adecuación de los símbolos es intrínseca, y no una cuestión de convención, los símbolos correctamente empleados transmiten de generación en generación un conocimiento de las analogías cósmicas: como es arriba, así es abajo. 

A. K. Coomaraswamy


El simbolismo es intelectual (espiritual), el lenguaje es racional. Los símbolos no deben ser explicados sino comprendidos, hay que meditar sobre ellos para intuir espiritualmente el orden de realidad a la que aluden indirectamente: sugieren antes que expresan.

Su origen es no-humano y se basa en la correspondencia entre dos órdenes de realidades; tiene su fundamento en la naturaleza misma de los seres y las cosas, por eso —dice Guénon— la naturaleza toda es un símbolo. Símbolos y mitos no son simples recursos estilísticos sino, al contrario, formas indirectas, pero absolutamente auténticas, de traducción de la realidad última. La expresión griega paramythía designa etimológicamente a una prueba superior por medio de un mito, es decir, que el lenguaje mítico, como el simbólico, no es solo designativo sino también probatorio.

La filosofía profana emplea un lenguaje analítico y racional, la metafísica, ciencia sagrada, usa un lenguaje sintético y espiritual: el simbolismo.

Armando Asti Vera

Puerta Norte de la Catedral de Lugo